Lanqand li jorn son lonc en mai
m'es bels douz chans d'auzels de loing
e qand me sui partitz de lai
remembra'm d'un'amor de loing.
Hoy
hace uno de esos días complicados, y digo complicados y no malos como quien
dice que algo es interesante en vez de bueno, o especial en vez de bonito, pero
con la diferencia de que yo sí me lo creo; hoy es un día complicado. Ayer
llovió en Barcelona y como todas las cosas deja su rastro, en la calle flota un
aire húmedo, el pavimento esta mojado, la gente pasea con los paraguas en la
mano y no se nos ocurre salir sin nuestras botas de agua y nuestra bufanda. Pero
al fin y al cabo es un buen día. Es más, a mí me gustan los días así. Así pues
hoy os dejo un regalito, muy acorde con el día que hace, espero que os guste J
"En
mayo, cuando los días son largos, me es agradable el dulce canto de los pájaros
de lejos, y cuando me he separado de allí, me acuerdo de un amor de lejos. Apesadumbrado
y agobiado de deseo, voy de modo que el canto ni la flor del blancoespino me
placen más que el invierno helado.
Nunca
más gozaré de amor si no gozo de este amor de lejos, pues no sé en ninguna
parte, ni cerca ni lejos, de más gentil ni mejor. Su mérito es tan verdadero y
tan puro que ojalá allí, en el reino de los sarracenos, fuera llamado cautivo
por ella.
Triste
y alegre me separaré cuando vea este amor de lejos, pero no sé cuándo lo veré,
pues nuestras tierras están demasiado lejos. ¡Hay demasiados puertos y caminos!
Y, por esta razón, no soy adivino…¡Pero todo sea como Dios quiera!
El gozo
me aparecerá cuando le pida, por amor de Dios, el amor de lejos; y, si le
place, me albergaré cerca de ella, aunque soy de lejos. Entonces vendrá la
conversación agradable, cuando, amante lejano, estaré tan próximo que con
hermosas palabras gozaré de solaz.
Bien
tengo por veraz al Señor, gracias a quien veré el amor de lejos; pero, por un
bien que me corresponda, tengo dos males, porque de mí está tan lejos…¡Ay!
¡Ojalá fuera allí peregrino de modo que mi báculo y mi manto fueran
contemplados por sus hermosos ojos!
Dios,
que hizo todo cuanto va y viene y sostuvo este amor de lejos, me dé poder –que el
ánimo ya lo tengo- para que en breve vea el amor de lejos, verdaderamente, en
lugar propicio, de modo que la cámara y el jardín me parezcan siempre palacio.
Dice
verdad quien me llama ávido y el anheloso de amor de lejos, pues no hay otro
placer que tanto me guste como el gozo del amor de lejos. Pero lo que quiero me
está tan vetado porque mi padrino me hechizó de modo que amara y no fuera
amado.
¡Pero
lo quiero me está tan vetado!...¡Maldito
sea el padrino que me hechizó para que no fuera amado!"
Jaufré Rudel, trovador del siglo XII.
Traducción de Martín de Riquer.
Quién no ama lo que nunca regresa? Hermoso regalito.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminar!que poesía mas dura!, muy bonita.muy hermosa.
ResponderEliminarbesos.
Hermoso texto ;D
ResponderEliminarme encanto