Da que pensar...

Últimamente he pensado mucho en la verdad, y en la mentira, en el soñar, y en vivir, en volar, y en tener miedo. Últimamente he pensado mucho en lo que soy, y en lo quiero ser, en donde la vida me ha llevado, y los lugares que aun están por descubrir. Últimamente he pensado mucho, y me he desconectado del mundo, me he desconectado de mí. Pero por mucho que pienso, por mucho me intento actuar algo no me deja, como en una pesadilla, una parálisis mental que te impide correr. Últimamente las ideas se han amontonado en mi mente, incapaces de formular nada claro, no sé que busco, ni a quien escribo estas palabras, probablemente nadie las lea, probablemente el mundo narcisista en el que vivimos no es capaz de abrir los ojos, no es capaz de ser testigo de otras vidas que no sean las suyas propias, y probablemente este es el mayor fallo que nos ocupa. Probablemente no deberíamos usar tantos sinónimos para decir lo mismo, ni tener tantas ambiciones pensándonos que de esta forma conseguiremos más, probablemente no deberíamos repetirnos como un disco rayado en cada una de nuestras acciones, ni pensar tanto en nuestros pasos. ¿Verdad que no pensamos en respirar? ¿O en correr? ¿O en dormir? ¿Entonces por que estúpida razón se nos ocurre pensar en PENSAR?

Últimamente le he dado muchas vueltas a los conceptos más simples, al porqué de escribir, al porque de esas ansias de plasmar nuestro día a día en un papel, a que no nos olviden, a que alguien nos tenga en cuenta, a que sepan lo que nos cuesta llegar hasta algo, o lo mucho que nos duele. A que compartan nuestras emociones, nuestras risas, nuestras lagrimas, pero por dios, ¡si son completos desconocidos! ¿Por qué nos importa tanto?
Somos lo que mostramos al mundo, y lo que escondemos también. No nos basta una aprobación, marchamos en busca del alago unánime, no nos basta un gesto, queremos toda una alabanza, somos almas insatisfechas en busca de una respuesta a nuestra imperfección. Ellos nos dicen que haber si crecemos, que ¿tú que te piensas que es la vida? Pero yo digo que no, quizá sea una estúpida, quizá una niña, quizá solo sea una inconformista patética, critica hasta la medula, una adolescente en una edad del pavo aguda, y quizá si tenga síndrome de Peter Pan. El crecer si abruma, mentiroso quien diga que no, desgraciados los que dejan de creer que los peluches reviven por las noches, los que renuncian al polvo de hadas para volar, los que creen que las novelas son solo eso. Si, la imaginación es potente, pero no para tanto, no me creo yo que cada historia escrita solo sea fruto que unos whiskys de más.
Ellos hablan, y pretenden enseñarnos el mundo, pero el mundo no se enseña, una única visión nunca puede ser la correcta, y negarse a ver  lo que somos en frente de lo que quieren que seamos es una costumbre muy mala, una práctica que ha traído a la sociedad al punto en el que se encuentra ahora. Yo no veo la luz, ni siquiera una bombilla, mi reflejo no se vislumbra con claridad, de lo extraigo que aun no me conozco, pero sea lo que sea, yo soy algo, algo que es ALGO, y definirlo le arrebataría su magia. Todos necesitamos un poco de magia, incluso aquellos que ya no creen en el polvo de hadas.

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(Foto: Lexy)