Era una conversación de lo más típica entre mis amigos en el
bar de la facultad. A una le había entrado complejo al más puro estilo Samantha
de Sexo en Nueva York decidiendo que un polvo y buena conversación serían de
ahora en adelante la clave de su felicidad, pero claro a lo que la pobre no
estaba preparada es a que su estilo de vida distaba mucho de ser Hollywoodiense.
Así que ahí estábamos, todos café en mano y analizando las posibilidades que
tenía una joven de 20 años, estudiante, trabajadora y residente en casa de sus
padres de tener sexo espontaneo con hombres interesantes y cuyo grado de
espontaneidad fuera el suficientemente alto como para que no hubiera compromiso
de ningún tipo, pero a la vez lo suficientemente bajo para que el individuo
interesante en cuestión no fuera, como ella misma expresó, “desaprovechado”. La pregunta clave, evidente: “Como le planteas
sexo a un hombre sin parecer desesperada.” La respuesta, tajante: “-No puedes.
Si se lo dices, lo parecerás.”
Visto lo visto será verdad que tocará resignarse a que nada, nunca, es tan sencillo y seguir eso que dice una buena amiga que bien rápido acaba el debate con un: “Tía, es así. Lo tomas o lo dejas. Y si no, lentejas.”
En ese caso solo quedaba una opción, ser sutil. Y ahí es
donde las opiniones divergían; había que apostaba por mensajes subliminares que
claro está, tal vez nunca llegaran. También hubo quien habló de un juego
erótico al más puro estilo “tengo una sorpresa para ti”. Quien planteó exponer
las cosas directamente y sin tapujos, pero eso sí, siempre con un aire de
superioridad. Y finalmente el que, como no, aconsejaba pasar de todo y esperar
que la montaña fuera a Mahoma no vaya a ser que Mahoma se cansara. A todo esto
atendía yo atentamente hasta que llegué a una conclusión inevitable: las
mujeres lo tenemos jodido.
Al menos hasta los 30, porqué sí, todo ese planteamiento de
la fémina triunfadora, soltera e independiente que bebe cócteles, compra
zapatos y se acuesta con un tipo diferente cada noche está muy bien, pero hasta
que lleguemos a ese punto ¿qué? En la mayoría de casos mi casa es casa de mis padres, mi cama es cama de mis padres incluso a veces cuando dicen te invito en realidad está invitando su
madre. Además a menos que sea una noche de fiesta y completa borrachera que juras
solemnemente no volverá a repetirse, nos arriesgamos a ser criticadas, tachadas
de “promiscuas”, hablando bien, y lo peor de todo, quedarnos sin el polvo en
cuestión que aún huirá despavorido ante lo directo de nuestras propuestas. Por
no mencionar los daños psicológicos posteriores porque claro, aquí hablamos no
solo de sexo pues el término de follaamigo bien que es compuesto, y resulta
condición sine qua non que algún tipo de complicidad haya para que el acto se
repita una y otra, y otra vez… ¿Qué pensará él? ¿Le interesaré de verdad? ¿Será
solo un polvo? ¿Quiero yo que lo sea?... La situación parece complicarse por
momentos y en breves nos encontramos ante todo aquello que precisamente
queríamos evitar, dolores de cabeza por “una relación”. Una relación que al parecer estamos teniendo
con nosotros mismos pues entré comos y porqués la cama sigue vacía.
Visto lo visto será verdad que tocará resignarse a que nada, nunca, es tan sencillo y seguir eso que dice una buena amiga que bien rápido acaba el debate con un: “Tía, es así. Lo tomas o lo dejas. Y si no, lentejas.”
* * *
Y es que las cosas nunca tan sencillas como esperamos...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Desde la distancia (de mis conversaciones de facultad hace ya siglos) creo lo de las lentejas que dice tu amiga, las cosas son como son y salen comom salen y pretender planearlo todo es equivocarse.
ResponderEliminarBesos.
dejemos q fluya y el tiempo dira, besos
ResponderEliminarPues mira, tu amiga es una sabia...yo también me propuse ser un canalla de joven, pero joder!! siempre me enamoraba...ja ja ja era un completo idiota ja ja ja
ResponderEliminaresazos guapa
Estoy muy de acuerdo contigo. Estamos requetejodidas xD
ResponderEliminarEsa frase final que acaba con el conflicto mental-moral me ha sacado una sonrisa... ¿Quién no tiene una amiga así de clara? =)
Un besote,
de historiadora miope a historiadora miope ;)
Sin duda lentejas, y con el pasar de los años, los problemas cambian pero no son menores, al fin y al cabo no todas vivimos en Nueva York y rodamos una serie.
ResponderEliminarBesos
a ras de piel.
ResponderEliminarCuanta verdad, es que si, la tenemos jodida... Las complicaciones siempre están, aunque no las queramos.
ResponderEliminarEs verdad bonita :P no me gustaria ser una chica asi !
ResponderEliminarHola Lexy,regreso ligero de equipaje a tu hermosa casa, aquí me quedo, muy agradecido, pasa buen día, besos tormentosos..
ResponderEliminarDesde luego no es tan sencillo para las mujeres, y tampoco para los hombres. No, nunca fue tan sencillo como algunos piensan y proclaman a los cuatro vientos....
ResponderEliminarBsos.
Cada uno debería poder hacer lo que le plazca mientras no haga mal a nadie y no ser juzgado por ello, pero vivimos en una sociedad de mierda, y machista, mucho menos que antes, cierto, pero sigue siendolo.
ResponderEliminarYo soy una mujer de mi solo hombre jaja
Asíque no tengo problema, pero bueno... Eso.
Un abrazo!
Que no sean lentejas, no...
ResponderEliminary nosotros también, asumiendo que hay de todo las mujeres dareis más vueltas pero estoy seguro de que nos manejais como quereis mucho más cuando sois sutiles... ;D
ResponderEliminarLo de siempre, la teoría es fácil. El caso es llevarla a la práctica. Estupenda reflexión :) (incluidas las lentejas)
ResponderEliminarCreo que la unica forma en que no paresca desesperado es que el otro tambien esta desesperado, asi se sienten igual
ResponderEliminarpero algo de una noche, dudo mucho que tengan mayores esperanzas ambos
Besos!
si gustas pasas :) http://por1besodelaflaca.blogspot.com/