Pero en ese momento ella no pensaba en nada de eso, sino que simplemente se encaminó hacia el balcón, deslizó la pesada puerta y salió a la calle mientras los créditos de la recién acabada película conformaban su banda sonora. Dejó que el gélido aire de la noche acariciara su rostro mientras que un ligero vaho se abría paso entre sus sonrosados labios. En el cielo solo había tres estrellas, solo tres que brillaran, aunque quien sabe, quizá era muchas más las imperceptibles a sus sentidos, al fin y al cabo el ser humano es tan limitado... Solo ve lo que quiere ver. Aunque para ser sinceros en ese momento lo que ella en realidad quería ver era a él. Un el hipotético, un el irreal que llegase en su corcel blanco y la llevase lejos, a visitar esas estrellas. Recordó esa cita del Principito:
-“¿Me pregunto si todas las estrellas brillaran en el universo al fin de que cada uno pueda encontrar la suya algún día”?- recitó en voz alta.
¿Dónde estaría la suya en ese momento? Tal vez estaba durmiendo en algún apartamento lejano en la otra mitad del mundo, o tal vez divirtiéndose con otra estrella que él creía la correcta, o tal vez, solo tal vez, era verdad y estaba salvando el mundo como en los buenos de hadas. No podía saberlo, como tampoco podía estar segura de que siquiera existiese. El amor es algo tan frágil, tan incomprensible y tan preciado que a menudo se preguntaba si era real. Si no era tan solo una fantasía para que las niñas sueñen con princesas tapadas bajo sus mantas rosas.
Y fue entonces cuando un punto brilló fugazmente en el cielo. Y volvió a brillar, más fuerte, hasta convertirse en un trazo espeso que recordaba al de una estrella fugaz. Su primer impulso fue el de pedir un deseo pero no se engañó, a nadie le da tiempo pedir uno, solo se consuelan sabiendo que lo hacen. Y de repente su punto brilló aun más fuerte, si era posible, y se extendió por el cielo como una enorme mancha roja. La franja quedó completamente delineada y ella perdió la noción del tiempo, y del espació, cautivada como lo estaba por aquel resplandor rojo ardiente que la envolvía. Quiso gritar, quiso salir corriendo, pero sus pies se habían clavado toscamente en el suelo impidiéndole mover un solo musculo. Siguió observando esa enorme mancha roja, atrapada como lo estaría un ratón en su ratonera o un preso en su celda. Embellezada como un amado tras los ojos de su amada, como un padre tras la sonrisa de su hijo. Y en un instante, desapareció. Nada. Oscuridad. Y nada. Las mismas tres estrellas de antes, el mismo frío. La misma calle desierta esperando el amanecer. Se giró para comprobarlo, la banda sonora había cesado al igual que cesaron las revoluciones en su interior. Un leve cosquilleo le recorrió la nuca, una dulce voz susurró su nombre. Sus rodillas se aflojaron y el rubor cubrió sus mejillas tal y como minutos atrás había quedado cubierto el cielo. Le bastó tan solo una milésima de segundo para comprender lo que había sucedido. Tantas eran las películas que lo habían mostrado. Tantos los libros que lo habían contado.
En 5 letras cabe un perenne sentimiento. En una palabra un error de concepto, pues dicen que no eres feliz hasta que amas, que realmente no has vivido, pero lo que ellos no saben es que todos amamos. Lo que pasa es que no siempre se necesita de una persona, a veces basta con simplemente amar la vida. O si más no, tal como le ocurrió a la pequeña Dana, un meteorito.
* * *
Para todas aquellas personas que, como yo, quieren ver más allá del amor romántico de un cuento. Para todas aquellas personas que, como yo, seguirán sonriendo como princesas de su própia fantasía.
mi comentario se resume en un
ResponderEliminar"uff".. aunque eso vos, ya lo sabes :)
no tinc paraules, ja sas qe m'encanta. realment ho trobava a faltar. Merci :)
ResponderEliminarmuaaà (L)
m'encanta, no tinc mes paraules per descriure-ho.
ResponderEliminarfeia temps que ho necessitaba, merci :)
muaaà(L)
Porque ser princesa no es esperar a un príncipe que te rescate, ni creer en la magia, creer en la ayuda de una ancianita con varita que te ayude a pescar al principe, para ser princesa no precisas más que sentirte capaz de rozar las estrellas con la mano.
ResponderEliminarComo me gustaria saberle hacer entender esto a mi hija de 4 años. Su mundo esta lleno de Princesas bonitas y Principes guapos que se aman para siempre ;)
ResponderEliminarBesos realistas
todas las historias de amor nos muestran que siempre tiene que haber una media naranja perfecta, pero pocas son las personas que realmente son felices por ser ellas misma (no porque haya otra persona que las complemnte...)
ResponderEliminarMe gusto :)
m'agrada...
ResponderEliminarMagico, simplemente magico. Un gusto leerte,Lexy.
ResponderEliminarClaro que sí. El amor no es solo el "amor" en sí. Los cuentos de hadas no existen y puedes expresar tu amor de muchas maneras ^^
ResponderEliminarBesos
LLegará..
ResponderEliminarLa verdad es que me ha gustado mucho, sí.
ResponderEliminarY la idea de que ella sienta algo tan profundo por algo tan pequeño me ha conmovido...
Más allá de todo existen las personas, con sus incoherencias, y sus faltas... que todos tenemos. Pero el mundo es mejor con un poquito de romanticismo...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Como siempre, me he quedado boquiabierta. Me ha encantado, en serio.
ResponderEliminarA veces es mejor estar enamorada de la vida y, depende del momento, hasta puede que seas más feliz.
¡Un beso!
aaaaaaah lo has terminado!
ResponderEliminar:)
Me maravillo tu párrafo, me siento reflejado.
ResponderEliminarUn saludo, Unai.
increiblemente perfecto...
ResponderEliminarcada día me atrapas más con tu apasionado color...
Es un orgullo poder leer esas obras de arte que renacen de tu mente.
Gracias.
El mundo siempre necesita estrellas que brillen mucho y personas que sigan creyendo en las muestras de amor :)
ResponderEliminarUn muá.
"Intencionadamente sin rombo..."
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