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domingo, 30 de enero de 2011

Sinceridad cuántica

El otro día leía yo a Dickens cuando me topé con algo sorprendente. En uno de los primeros capítulos de Grandes Esperanzas el autor plasma una escena de lo más cotidiana en la que el protagonista, alias Pip, le hace todo un séquito de preguntas a su hermana sobre el destino final de un grupo de presos escapados de la cárcel. Y esta tajantemente le responde “no hagas preguntas y no te dirán mentiras”. Mi reacción fue inmediata pues me supo igual que los besos robados a medianoche en la que un gentil caballero te despide en tu portal con un escueto “te llamare”, a lo cual te das cuenta inmediatamente después de que no tiene tu teléfono, ni ninguna intención de pedirlo.

Desde pequeños nos enseñan a no mentir y la sinceridad se torna una exigencia en boca de todos, pero ¿que significa ser sincero? ¿De verdad lo somos tanto? Y si lo somos, ¿de verdad querríamos serlo?
Cuando se trata de relaciones existe toda una alta gama de posibilidades de eso que podemos llamar un acto de “sinceridad”. Tenemos la mentira piadosa, información manipulada a conciencia a fin de no herir a tu interlocutor: “¡Cariño que bien te queda ese blusa!” dicen algunos pensando que como vuelva a vestirse de flores habrá que tomar medidas. Luego esta la mentira por omisión, algo así como: “Nada, he estado en el bar tomando unas cervezas, lo de siempre, Fulanito de exámenes, Menganito con sus historias” sin mencionar la guapísima camarera que le ha apuntado su número en el ticket de la cuenta. También encontramos mentiras de auto protección, la clásica “nunca me he enamorado” “jamás me han hecho daño” o “¿relaciones de pareja? estoy por encima de eso”. Ellos nos mienten sobre que no miran el culo de otras mujeres y nosotras nos cambiamos constantemente el peinado. Ellos fingen apreciar la metáfora de un poema de amor y nosotras que hemos captado un fuera de juego en la semifinal de la Champions. Visto así podríamos decir que más que un acto de engaño cruel e intencionado estamos ante un maquillaje de la verdad buscando aquello que el otro quiere oír. Mentimos constantemente, nuestra actitud, estética, emociones, (o más bien falta de ellas) e incluso cuando nos proponemos ser sinceros mira por donde, resulta que se duda. Sea cual sea la intención el cerebro esta programado para la desconfianza, al fin y al cabo ¿no dicen que venimos de distintos planetas? Vete a saber como funcionan las cosas al otro lado de la frontera. Preferimos pensar que nos mira, antes que aceptar que no le interesamos en absoluto y ellos prefieren pensar que no estamos enfadadas tal y como en un principio decimos para así ahorrarse el típico sermón.

En un mundo de interpretaciones infinitas y en el cual el fin justifica los medios en tanto que es un deber moral hacer al otro feliz, ¿es la verdad en una relación una utopía? Y en ese caso, si la mentira se torna inevitable y la sinceridad absoluta tan solo nos conduciría a un mundo de decepciones y realidades que nuestro amor propio no quisiera afrontar ¿no tendría razón Dickens con aquello de que no deberíamos hacer tantas preguntas?
Al fin y al cabo seamos sinceros, nadie es, ni quiere ser, tan sincero.


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Foto: Me llaman Octubre

Los examenes ya casi casi que encuentran su fin y prometo pasarme por vuestros blogs y leer todo lo que tengo pendiente :) Como siempre, gracias por estar ahi.

14 comentarios:

  1. La sinceridad está muy sobrevalorada, la convivencia sería imposible sin los artificios de un buen maquillaje, eso sí, el límite en el dolor causado.

    Suerte con el último empujón, seguro que los exámenes van estupendos.

    Un beso

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  2. Fantástica reflexión, ha sido un placer descubrirte.

    Un saludo!

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  3. Justo hoy he visto (otra vez) He´s just not that into you, que si la has visto, habla un poco de todo esto, de las mentiras que uno se puede llegar a inventar para el amor

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  4. Dickens, todavía no he leído nada de él, un día lo haré.

    saludos

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  5. una gran reflexion! y es muy cierto todo lo que dices!

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  6. Curiosa reflexión la tuya Lexy, pero no nos falta la definición exacta de sinceridad???

    En fin suerte en los exámenes y a tu vuelta debatimos ;))

    Besos preciosos

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  7. ostras tú!
    que la de la foto soy yo! jajaja
    de hecho la tengo en mi pared! :)

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  8. La foto es de Me llaman Octubre, yo sólo le hice de modelo xD Y supongo que mientras pongas su nombre pues ella encantada :)

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  9. anda!! fíjate las cosas que se encuentra una :) me alegra que te guste la foto ;)

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  10. Es cierto, tal vez realmente no queramos ser sinceros. Pero puedo decir que la verdad en una relación no es una utopía. Y como hablar por las dos partes que la componen seguramente resultará algo ingenuo por mi parte, hablaré sólo por mi.
    Muchas de tus entradas siempre me dan que pensar :)
    MuaC!

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  11. bastante cierto, la verdad duele pero también es hacer trampa ocultarla o no?

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  12. Interesante, y sobre todo, da que pensar...¿sería bueno que la volviese a leer? Eso haré, si :)
    Un beso.

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  13. Oh! Hay mentiras que son hijaputeces, pero otras que son deliciosos jueguitos. Pero...mejor no pregunto.

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  14. mis exámenes te dejan un comentario lleno de apatía, aRG

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Los detalles forman parte de lo que somos,no me dejes sin uno de ellos. Recuerda, buena parte de mi, es tú :)